Que encierro para malo, toda una desdicha, cinco toros pitados, cinco toros por llamarlos de alguna manera sin un ápice de casta lo que aquí, en mi tierra, se conoce como “una moruchada” el peor calificativo que se puede dar a un toro de lidia – ; que petardo a dado en Madrid el hierro onubense de José Luís Pereda.
MONUMENTAL DE LAS VENTAS.
SEGUNDA DE LA FERIA DE SAN ISIDRO.
MADRID 7 MAYO.
TARDE ALGO FRÍA Y HUMEDA llovió intensamente instantes antes de comenzar la corrida.
ENTRADA ALGO MÁS DE TRES CUARTOS DE PLAZA
4 Toros de la ganadería de José Luís Pereda y 2 de “La Dehesilla”; desiguales en presentación, mansos en general, faltos de raza, muy justos de fuerza; no se prestaron para nada, protestados; de la quema solo se salvó el sexto.-
LEANDRO de lila y oro silencio y silencio.-
MORENITO DE ARANDA de rosa y oro silencio y vuelta al ruedo.-
IVÁN FANDIÑO de marfil y oro – ovación y silencio.-
Leandro se encontró con dos ejemplares que no tenían nada; lo intentó, cuidando mucho al primero, pero de pozo seco no se puede sacar agua. Al cuarto le dieron duro en varas y hasta ahí llegó el burel. Leandro se va en blanco de la feria.-
Morenito de Aranda, que venía con todas las ganas, se estrelló con su primero segundo de la corrida que, como su hermano de camada, nada tenía; al burgalés no le quedó más que abreviar. Con el quinto, un toro muy largo y muy serio, Morenito sacó su mejor actitud y consiguió, con riesgo y entrega, embarcar al morlaco; dándole distancia, adelantandole la muleta lo llevó largo, hilvanando un par de series por el pitón izquierdo de calidad y hondura; se perfiló con la espada por derecho y agarró un volapié en su sitio que hizo rodar al toraco sin puntilla; el respetable, que se había quedado sobrecogido con una terrible voltereta sufrida por Aranda, agradeció la entrega y el buen hacer durante la vuelta al redondel.-
El primero de Fandiño tercero de la tarde saltó al albero de La Monumental con el mismo estilo que sus anteriores; el vasco insistiendo logró algunos muletazos sueltos; con decisión entró a matar, se quedó en la cara resultando trompicado. Con el sexto – el medianamente potable del tedioso encierro -, se plantó en los medios consiguiendo embarcarlo en la muleta y ligando series al natural de mucho merito; el de Pereda terminó por rajarse e irse a tablas; Iván no estuvo fino con el acero para culminar una tarde para el olvido.-