El primer triunfo, pese a la ausencia de orejas en las manos, fue para el de León, Guanajuato, “El Panita”. Si, primera novillada de la campaña en el entrañable coso de la antigua rambla de la Democracia que se llenó de un público estupendo que toda la tarde estuvo dispuesto a reconocer lo que de bueno sucediera en el circular escenario.
Para la parte ganadera la empresa adquirió en buena compra una partida de siete novillos quemados con la marca de Real de Saltillo; poco serias las reses por su modesta percha, pero de buenas cajas: largos, altos y hondos los más, y lo que es mejor, bravos y nobles en su mayoría, virtudes de alto valor que manifestaron acudiendo bravamente todos a varas y embistiendo bien y bonito a los engaños.
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