Leemos, que… A mediados del año de 1913 brincó al callejón el astado de Piedras Negras que se lidiaba en “El Toreo de la Condesa”, cuatrocientos y tantos kilos fueron a dar a la humanidad del desafortunado puntillero Macario Castellón, alias “Gallinito”, quien sufrió la fractura de una de sus piernas. Desde esa fecha el puntillero llegaba muy temprano, los domingos de corrida, a la enfermería y ante el asombro de los médicos la revisaba, cual si fuese un experto en esos quehaceres, de cabo a rabo y se le escuchaba susurrar… “Por si vuelvo al rato”…
“BUEN HUMOR”…
Leemos, que… A mediados del año de 1913 brincó al callejón el astado de Piedras Negras que se lidiaba en “El Toreo de la Condesa”, cuatrocientos y tantos kilos fueron a dar a la humanidad del desafortunado puntillero Macario Castellón, alias “Gallinito”, quien sufrió la fractura de una de sus piernas.