La poderosa e inflexible empresa, dueña intolerable de la fiesta, muy pocas veces brava, que nos va quedando en México, “Tauro Plaza México” advirtió que sorprendería con la segunda parte de la campaña 2017-2018 en la vieja plaza de la calle Augusto Rodín; esto al presentar el primer bloque de la misma.
Y no se equivocó, cumplió cabalmente con lo prometido, pues si alguien todavía pensó sanamente que los carteles guardarían congruencia con un lógico dinamismo que generara rivalidad y frescura en las combinaciones, la oferta ya oficial provocó el desencanto casi total entre los aficionados, toda vez que la fórmula usada para concretar las combinaciones, resulta insultante y ofensiva, con el agregado de un egoísmo para con el espectáculo, voraz
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